Historia de la
Cervecería
Hondureña
Durante más de 100 años, Cervecería Hondureña ha contribuido al desarrollo económico, social y ambiental de Honduras, manteniéndose como líder en el mercado ofreciendo productos de la más alta calidad.
Una historia de cambio, evolución, crecimiento y prosperidad que tiene sus orígenes a principios del siglo XX cuando, en la ciudad puerto de La Ceiba, un grupo de hondureños y extranjeros organizó la sociedad anónima Compañía Industrial Ceibeña con el propósito de introducir el agua potable, la generación de fuerza eléctrica, la fabricación de hielo, aguas gaseosas y refrescos de frutas. A los pocos años, solicitaron al gobierno del presidente Francisco Bertrand Barahona el permiso para la producción de cerveza, concesión que les fue otorgada por medio del Decreto No. 98 del 25 de febrero de 1915.
En 1916, después de haberse adquirido la maquinaria y edificado las instalaciones complementarias, se inicia la producción industrial de la cerveza marca registrada SalvaVida, que se ha mantenido en el mercado hondureño hasta nuestros días.
El crecimiento y auge de Compañía Industrial Ceibeña fue notable y de gran éxito en el sector de la costa norte del país. En 1928, en San Pedro Sula se inauguró otra empresa cervecera, Cervecería Unión, fabricante de la marca Ulúa, que compitió por establecerse en el mismo mercado. Ambas administraciones, conscientes de la necesidad de evitar desgastarse en una competencia, tuvieron la visión y agudeza comercial de fusionarse en una nueva organización que representara sus intereses. Así, en 1935, surgió Cervecería Hondureña que manejó como parte de su división operativa a Compañía Industrial Ceibeña, en La Ceiba, y a Cervecería Unión en San Pedro Sula. Mientras tanto, en la capital de la república en el año 1930, se estableció la empresa Cervecería Tegucigalpa, que atendió el mercado central y sur del país con la marca de cerveza Imperial. Como resultado, se estableció el predominio de la marca SalvaVida en la costa norte y de Imperial en el centro y sur del país; con el tiempo, comenzaron a extenderse a todo el territorio nacional.
La Segunda Guerra Mundial causó que los socios alemanes de Cervecería Tegucigalpa vendieran sus acciones, las cuales fueron adquiridas por Cervecería Hondureña, que se convertía así en accionista mayoritaria de la empresa. Ambas fábricas operaron independientemente hasta 1965, año en el que deciden fusionarse y surge la única empresa cervecera de Honduras vigente hasta nuestros días y que hoy conocemos como Cervecería Hondureña.